¿Te has preguntado alguna vez cómo influyen tus ancestras en tu vida actual? Esta pregunta resonó profundamente en la primera sesión de Sanando mi linaje femenino, una experiencia guiada por la terapeuta Luisa Kincaid, que desde el inicio nos recibió con una calidez que permitió una conexión directa con el propósito del taller: reconciliarse con el linaje femenino.
Desde su presentación, Luisa compartió su historia personal y profesional, un viaje que inició hace años a raíz de su propia sanación interior, y que ahora, con la ayuda de la plataforma Cresenda, busca impactar la vida de más mujeres (y hombres) a través de sus enseñanzas.
Reconectar Con Nuestras Raíces Femeninas 🌸
Luisa comenzó abriendo el espacio para las emociones, explicando cómo este taller se ha convertido en su sueño hecho realidad. Con los ojos llorosos, confesó lo importante que es compartir este camino de sanación con todas las personas presentes, quienes, al igual que ella, buscan conocerse más a fondo y reconciliarse con sus raíces.
A lo largo de la clase, exploraremos cómo los roles de nuestras ancestras afectan nuestra energía femenina. La terapeuta nos explicó que no se trata solo de ver el pasado, sino de ocupar nuestro lugar en la familia, lo cual es clave para tener relaciones más sanas con otras mujeres y con nosotros mismos.
Uno de los puntos centrales fue entender cómo la cultura y las historias familiares nos moldean. Luisa detalló cómo, en muchas familias, las historias de sacrificio y lealtad inconsciente se heredan, y sin darnos cuenta, repetimos patrones de nuestras ancestras. Nos hizo reflexionar en la importancia de conocer esas historias para poder liberarnos de cargas emocionales que ni siquiera sabíamos que llevábamos.
“A veces, vivimos experiencias que creemos que son nuestras, pero en realidad son lealtades familiares a las que inconscientemente estamos atadas,” comentó Luisa.
A través de ejercicios prácticos y preguntas profundas, nos ayudó a empezar a reconocer los dones que heredamos, sin cargar con las heridas del pasado.
Al cerrar la primera clase, se nos asignó una tarea especial: investigar los nombres y las historias de nuestras bisabuelas. Luisa compartió un emotivo momento con su propio árbol genealógico, en el que honra a cada una de sus ancestras, con nombres y detalles sobre la vida de mujeres resilientes y trabajadoras que, como ella dice, hicieron lo mejor que pudieron y más.
Para Luisa, entender y reconocer a nuestras ancestras nos da la fuerza para vivir desde la paz y el empoderamiento, alejándonos de la necesidad de probar algo o de buscar validación externa.
Esta primera sesión de “Sanando mi linaje femenino” nos permitió entender que reconciliarnos con nuestro linaje es liberar y honrar todo aquello que nos antecede. A través de cada historia, vamos descubriendo quiénes somos y cómo queremos vivir, pero ahora desde la libertad y el respeto hacia nosotras mismas.
La invitación de Luisa es clara: seguir explorando y reconociendo nuestro linaje femenino como una fuente de poder y sabiduría ancestral. Con cada historia que descubrimos, más ligera se vuelve nuestra vida. Inscríbete en Cresenda y acompañanos en esta curso realmente transformador.